Nació en León el 12 de octubre de 1878, en el seno de una familia religiosa, donde tres de sus hermanas ingresaron en diversos conventos y otro hermano se ordenó sacerdote, llegando a ser canónigo de la R. C. de San Isidoro de León. Con trece años ingresó en la Escuela Seráfica de Louro, perteneciente al Colegio de Misiones de Santiago y posteriormente a Herbón. Tuvo la profesión solemne el 21 de noviembre de 1895. En Louro cursó estudios de filosofía, y posteriormente Ciencias Naturales en Santiago. Cuando se ordenó sacerdote fue destinado a Castroverde de Campos en la provincia de Salamanca. En 1903, de vuelta a Santiago, es nombrado
director de El Eco Franciscano, hasta 1905, cuando el Ministro general lo ordena ir al Colegio de Quaracchi, centro de estudios sobre el franciscanismo. Durante aquellos años se dedicó a estudiar y consultar los fondos de diversos archivos italianos. Por iniciativa del Ministro general, Fr. Dionisio Shuler, asientan las bases de la revista
Archivum Frasciscanum Historicum en 1908. Ese mismo años, a pesar de seguir colaborando en dicha revista, vuelve a la Provincia de Santiago. En su regreso le nombran cronista oficial de la provincia, un puesto que se aprobó en 1906, y que continuó con los años y otros excelentes historiadores, pero que el tiempo hizo que desapareciera ese papel. Desde este momento,
su labor investigadora y ensayística fue muy prolífica, siendo aún hoy de obligada consulta sus libros y artículos para conocer la historia franciscana. En 1920 lo nombran
director del Archivo Iberoamericano. Fue nombrado
miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia en 1915 y de la Real Academia Gallega. Perteneció a la Sociedad Económica de Amigos del País, llevando su Sección de Arqueología e historia. Del mismo modo, fue miembro de la Seminario de Estudio Gallego. En 1941 le nombra miembro numerario de la RAG y el gobierno español le concede la Encomienda con Placa de la Orden de Isabel la Católica. No descansó en vida por escribir y descubrir nuevos aspectos históricos de la provincia, participando con numerosos libros y artículos de referencia.
Su libro Imprenta en Galicia sigue siendo una referencia de obligada consulta.
Sus fondos forman parte de la Biblioteca Provincial. En su catalogación se remarcan que pertenecen a este excelente historiador, tanto lo escritos por él como los que sabemos que pertenecían a su biblioteca personal.
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